En una fría tarde de otoño, Jaemin se encontraba detrás del mostrador del café, aburrido y cansado de la monotonía de su vida universitaria. De repente, la campana de la puerta sonó, anunciando la llegada de un cliente. Jaemin alzó la vista y quedó perplejo al ver a un chico de sonrisa radiante que parecía irradiar una energía especial.
El chico se acercó al mostrador con paso seguro y pidió su café con una voz suave y melodiosa que hizo que Jaemin sintiera mariposas en el estómago. Mientras preparaba la bebida, Jaemin no podía apartar la mirada de aquel extraño, cuya presencia parecía iluminar la habitación entera.
Finalmente, el chico recibió su café y le agradeció a Jaemin con una sonrisa cálida que llegó directo al corazón del joven universitario. Sin poder contenerse, Jaemin dejó escapar las palabras que había guardado durante tanto tiempo: "¿Puedo tocarte?".
El chico se quedó sorprendido por la inesperada pregunta, pero luego asintió con una mirada curiosa en sus ojos. Jaemin extendió la mano temblorosa y tocó su mejilla suavemente, sintiendo la calidez de su piel y la electricidad que pasaba entre ellos.
En ese momento, Jaemin supo que su vida nunca volvería a ser la misma. La presencia de Jiwoon le había despertado emociones que ni siquiera sabía que existían, y el comienzo de una historia de amor y autodescubrimiento estaba a punto de desplegarse entre ellos.