En un giro inesperado de los acontecimientos, Azazel se encontraba ahora en una encrucijada entre la venganza y la redención. Convertido en humano, se vio enfrentado a una lucha interna que amenazaba con consumirlo. Sus recuerdos de demonio lo empujaban hacia la destrucción, mientras que su nueva humanidad le susurraba la posibilidad de redimirse. Con el peso de sus pecados a cuestas, Azazel se embarcó en un viaje lleno de peligros y traiciones, donde descubriría que la verdadera batalla no era contra los demás, sino consigo mismo. ¿Podría un antiguo demonio encontrar la redención en un mundo que lo rechazaba? ¿O sucumbiría a sus instintos más oscuros y retomaría su camino de destrucción? El destino estaba escrito, pero solo él tenía en sus manos la capacidad de forjar su propio destino.