Bajo el brillo de las luces del aeropuerto, Minjae y Woochan se enfrentaron frente a frente, respirando con dificultad después de la impactante colisión que los había dejado inconscientes. Al abrir los ojos, se miraron mutuamente con horror al descubrir que estaban en cuerpos ajenos.
Minjae, ahora en el cuerpo de Woochan, sintió el pánico correr por sus venas al ver su reflejo en un espejo. Mientras tanto, Woochan, en el cuerpo de Minjae, se tambaleó al darse cuenta de la surrealista situación en la que se encontraba.
Con el corazón latiendo desbocado, se miraron, sin poder articular palabras al principio. La confusión y el miedo se reflejaban en sus ojos, pero también una chispa de determinación. Debían encontrar la manera de revertir esta extraña maldición, pero ¿cómo podrían hacerlo si ni siquiera sabían por qué habían intercambiado sus cuerpos?
Entre susurros nerviosos y miradas llenas de incertidumbre, Minjae y Woochan se dieron cuenta de que este no era solo un mero intercambio de cuerpos, sino un camino hacia el autodescubrimiento que los llevaría a explorar no solo la belleza interior, sino también los secretos más profundos de sus propias almas.