En un oscuro callejón del puerto de Roanapur, Revy se encontró cara a cara con una figura misteriosa envuelta en sombras. Con su cigarrillo colgando de los labios, la mujer de ojos fríos observó a la silueta, que lentamente emergió de la penumbra.
"¿Koko Hekmatyar?", murmuró Revy, reconociendo a la joven mercader de armas que había oído nombrar en los rincones más peligrosos de la ciudad. Koko sonrió con malicia, deslizando una caja metálica hacia la asesina de Black Lagoon.
"Tenemos mucho de qué hablar, Revy", susurró Koko, sus ojos brillando con una astucia que heló la sangre de Revy. La propuesta de Koko abrió las puertas a un juego peligroso, uno que desafiaría los límites de la moralidad y llevaría a Revy a cuestionar sus propias motivaciones.
Entre el tintineo de armas y la electricidad en el aire, ambas mujeres se sumergieron en un baile mortal de intrigas y traiciones, donde la línea entre aliados y enemigos se desdibujaba con cada disparo. En ese oscuro rincón del mundo, la verdad era tan relativa como la luz de la luna que apenas se filtraba entre los edificios decrépitos.
Mientras las sombras se cerraban a su alrededor, Revy sabía que su encuentro con Koko Hekmatyar marcaría el comienzo de un nuevo capítulo en su vida, uno que la llevaría a enfrentar los demonios de su pasado y los horrores de un futuro incierto.