En lo alto de una montaña se erguía imponente un antiguo templo, envuelto en misterio y sombras. Dos sacerdotes habitaban en su interior, pero su presencia no estaba motivada por la fe ni la devoción. No, su verdadero propósito era mucho más oscuro: se alimentaban de los incautos que se aventuraban hasta allí en busca de iluminación espiritual.
Cat y Fox, como se hacían llamar, eran maestros en el arte de engatusar a sus víctimas. Con promesas de sabiduría y paz interior, atraían a los desprevenidos hasta su morada para luego devorar sus almas convirtiéndolos en simples marionetas de su oscuro poder.
Pero un día, un joven valiente y astuto desafió a los sacerdotes. Decidido a liberar a los espíritus capturados y vengar a aquellos que habían caído en manos de Cat y Fox, se adentró en el templo armado con coraje y determinación.
Lo que no sabía era que los sacerdotes guardaban un secreto aún más oscuro que su apetito por las almas humanas. Un secreto que pondría a prueba no solo su valentía, sino también su cordura y su propia naturaleza. La batalla final se acercaba, y solo uno saldría victorioso de aquel templo de horrores.