En el mágico país de Clover, Alice se encontraba atrapada en un laberinto de rosas blancas. Mientras luchaba por encontrar la salida, se topó con cinco extraños personajes, cada uno más enigmático que el anterior. El Conejo Blanco, con su mirada penetrante, le ofreció una llave que podría abrir todas las puertas, pero a un precio desconocido. El Sombrerero Loco, con su sonrisa sardónica, le advirtió sobre los peligros de confiar en los habitantes de Clover.
En medio de la confusión y la intriga, Alice se vio envuelta en un juego de poder y seducción. La Reina de Corazones, con su fría belleza, manipulaba a todos a su alrededor, mientras que el Gato de Cheshire parecía conocer los secretos más oscuros del país. Entre traiciones y alianzas inesperadas, Alice debía descubrir la verdad detrás de las máscaras que todos llevaban puestas.
Mientras las rosas blancas se marchitaban a su paso, Alice se dio cuenta de que en Clover no todo era lo que parecía y que la única manera de escapar era enfrentarse a sus propios miedos y descubrir quién era en realidad.