El sol se ponía en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos mientras Astelle caminaba por los jardines del palacio, perdida en sus pensamientos. Seis años habían pasado desde aquel fatídico día en que fue rechazada por su esposo, el emperador Kaizen. A pesar de todo, el recuerdo de su breve momento juntos todavía ardía en su corazón.
De repente, un encuentro inesperado sacudió su mundo tranquilo. Kaizen se materializó frente a ella, con una mirada misteriosa en sus ojos dorados. Astelle contuvo el aliento, sin poder apartar la mirada de él. ¿Qué hacía allí después de tanto tiempo?
"Yo... creo que podría estar embarazada", susurró Astelle, rompiendo el silencio tenso que los rodeaba. Las palabras resonaron en el aire, cargadas de significado y secretos enterrados.
Kaizen la miró fijamente, con una mezcla de sorpresa y deseo en sus ojos. Un halo de misterio rodeaba su figura imponente mientras deliberaba sus próximas palabras. ¿Qué significaba esto para el destino de ambos?
El pasado y el presente se entrelazaron en un enredo de emociones prohibidas y deseos ocultos. Astelle se aferró a la esperanza de un futuro diferente, mientras Kaizen luchaba con sus propios demonios internos. ¿Podrían encontrar la redención juntos, o estaban condenados a repetir los errores del pasado?
En ese momento fugaz, el destino de Astelle y Kaizen pendía de un hilo, y el poder del amor y la redención se enfrentaba al peso del deber y la traición. La sombra del hijo del emperador se cernía sobre ellos, listo para revelar los secretos enterrados en lo más profundo de sus corazones.