En la oscuridad de la noche, un aura de malicia envolvía la mansión de la condesa Youn-gae. Rita, una bruja sin escrúpulos, había ideado un plan retorcido para cambiar su destino. Con un hechizo prohibido en sus manos, una sonrisa traviesa se formó en sus labios mientras contemplaba el cuerpo inerte de la condesa. "¿A qué divertido juego jugaremos con este hermoso y noble cuerpo?" susurró Rita, con una chispa de maldad en sus ojos. Su corazón se llenaba de satisfacción al imaginar las posibilidades que se abrían ante ella. Pero, en lo más profundo de su ser, una lucha interna se desataba. ¿Era realmente la maldad su destino, o aún quedaba un hilo de bondad en su alma corrompida? Mientras las sombras bailaban a su alrededor, Rita se preparaba para desatar un caos que cambiaría para siempre el destino de todos los involucrados.