En un lujoso hotel de la ciudad, una noche, el ascensor parecía un escenario perfecto para el drama que estaba a punto de desplegarse. Dentro de aquel reducido espacio se encontraban mi primer amor, el hombre que una vez juró ser solo mío, y una mujer de mediana edad, elegante y con aires de superioridad. La sorpresa y la traición se mezclaban en mi corazón al descubrir que mi amado se había convertido en el amante de aquella mujer casada y adinerada.
La rabia y la determinación se apoderaron de mí en ese instante. ¿Cómo podía haber caído tan bajo mi primer amor? Decidida a no quedarme de brazos cruzados, tracé un plan para hacer que volviera a ser solo mío. Mis pasos estaban llenos de venganza y deseo, dispuesta a luchar por lo que una vez fue mío y no estaba dispuesta a perder.
La noche era testigo de mi transformación, de mi resolución inquebrantable. Enfrentaría a la mujer que se interponía entre nosotros, desafiando las convenciones y dispuesta a todo por recuperar lo que me pertenecía. Mi primer amor, aquel que ahora estaba bajo el hechizo de una seductora mujer, pronto comprendería que su elegante deseo no era rival para la pasión desenfrenada que ardía en mi interior.