Bajo la luz pálida de la luna, Yuuji yacía en su cama, su corazón aún latiendo con fuerza por la confesión inesperada de Kousuke, el fantasma sexual que lo había acechado durante días. Atrapado entre la confusión y el deseo, Yuuji se encontraba en un dilema sin salida. ¿Cómo podría corresponder a los sentimientos de un ser sobrenatural?
Mientras tanto, Kousuke, en su forma etérea, observaba con anhelo a Yuuji, sin poder tocarlo ni consolarlo en su conflicto interno. Sus ojos brillaban con una mezcla de pasión y tristeza, incapaz de expresar en palabras la profundidad de su amor prohibido.
En medio de esta danza peligrosa entre lo humano y lo sobrenatural, Yuuji se enfrentaba a una encrucijada que cambiaría su vida para siempre. ¿Aceptaría su destino y se entregaría al abrazo de un fantasma, o rechazaría este amor imposible y seguiría buscando en los brazos de los mortales su verdadera felicidad?
El destino de Yuuji y Kousuke estaba sellado por las sombras de la noche, donde los susurros del deseo se entrelazaban con los latidos de dos corazones destinados a amarse en una oscuridad eterna.