Bajo la fría luz de la luna, Rozy se encontraba absorta en la vista desde su ventana, observando el oscuro edificio que se alzaba frente a ella. Sus ojos se detuvieron en la silueta de su misterioso vecino, el chico que vivía arriba. Desde que se mudó, algo en él le resultaba inquietante, un aura de misterio que envolvía cada uno de sus movimientos.
Una noche, impulsada por la curiosidad, Rozy decidió seguirlo sigilosamente por las escaleras hasta el piso de arriba. Fue entonces cuando descubrió su secreto más oscuro: una habitación llena de antiguos libros de hechicería y extraños artefactos. El corazón de Rozy latía con fuerza mientras intentaba comprender la verdad que se ocultaba tras la fachada de su aparente vecino normal.
Con el paso de los días, Rozy se vio arrastrada hacia un torbellino de emociones encontradas. Por un lado, el peligro latente de descubrir la verdadera identidad del chico de arriba la aterraba, pero por otro, una extraña atracción comenzaba a florecer en su interior. ¿Podría ser que lo desconocido fuera más seductor que el miedo mismo?
Entre sombras y susurros, Rozy se adentró en un mundo de magia y peligro, donde la línea entre la realidad y la ficción se desvanecía lentamente. Y en medio de ese torbellino, una verdad aterradora y a la vez irresistible comenzó a revelarse: el chico de arriba no era simplemente un vecino, era algo mucho más oscuro y seductor de lo que Rozy podría haber imaginado.