El sol se ponía lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados que contrastaban con la oscuridad del recién construido hogar de Yuan Xuan. Mu Chenyan observaba desde la ventana de su habitación, con la brisa de la noche acariciando su rostro. Dos años habían pasado desde que salió de la cárcel, pero las sombras de su pasado la perseguían sin piedad.
Yuan Xuan, el hombre al que una vez amó con fervor, ahora se acercaba a ella con ojos suplicantes. Sin embargo, Mu Chenyan ya no era la misma joven inocente que solía ser. La sed de venganza ardía en su interior, eclipsando cualquier atisbo de amor que pudiera quedar en su corazón.
Las preguntas sin respuestas seguían atormentándola. ¿Quién había matado a Shu Qinger? ¿Por qué había sido ella la elegida para pagar por un crimen que no había cometido? Las piezas del rompecabezas empezaban a encajar lentamente en su mente, revelando una verdad aterradora que cambiaría su destino para siempre.
Con determinación en sus ojos, Mu Chenyan se dio la vuelta para enfrentarse a Yuan Xuan. Ya no había lugar para dudas ni para la pasividad. Había llegado el momento de desentrañar los secretos que habían desencadenado su sufrimiento y redimir su nombre. Y, en medio de la oscuridad y el misterio que envolvían su vida, Mu Chenyan se preparó para luchar, no solo por su libertad, sino por la verdad que finalmente la liberaría de las cadenas del pasado.