La noche caía sobre la mansión de Damien, donde Kanna se encontraba prisionera de su propio destino. Sus ojos reflejaban el miedo que la dominaba mientras Damien se acercaba, su presencia imponente llenando la habitación de una tensión palpable. Aunque Kanna sabía que debía temerlo, algo en su interior se rebelaba contra la sumisión.
"¿No entiendes?" Damien murmuró, su voz resonando en la habitación. "Eres peligrosa, Kanna. Tu belleza despierta instintos oscuros en los demás, incluso en mí."
La joven tragó saliva, sus manos temblando mientras intentaba mantener la compostura. ¿Qué secretos se escondían detrás de la fachada impasible de Damien? ¿Qué oscuros deseos le impulsaban a retenerla contra su voluntad?
Un giro inesperado sacudió la habitación cuando una figura en la penumbra emergió, revelando secretos largamente enterrados. La verdad salió a la luz, exponiendo los motivos detrás de la fachada fría de Damien y la verdadera naturaleza de Kanna.
En un instante de revelación, las cadenas del destino se rompieron y la promesa de un nuevo comienzo se alzó en el horizonte oscuro de ambos. En ese momento, Kanna supo que su destino estaba entrelazado con el de Damien de una manera que nunca habría imaginado.
Entre susurros de secretos antiguos y promesas de redención, El Instinto reproductivo de la bestia cobró vida una vez más en la oscuridad de la noche, tejiendo un futuro incierto para sus protagonistas.
Nada volvería a ser lo mismo después de esa noche.