Han Segae se encontraba atrapado en un torbellino de emociones encontradas. Desde pequeño, había soñado con ese hombre misterioso, con su cabello dorado y el peculiar punto junto a su ojo derecho. Ahora, frente a él, estaba Woo Yi-Jun, la viva imagen de su enigmático sueño.
Después de tanto tiempo buscándolo en sus sueños, ¿cómo era posible que ahora estuviera frente a él en la realidad? Han Segae no podía creerlo, pero al mismo tiempo algo dentro de él sabía que era real, tan real como el latido acelerado de su propio corazón.
El joven no pudo resistir la tentación y se acercó a Woo Yi-Jun, con los ojos brillando de emoción. Le pidió que fingiera ser el hombre de sus sueños, solo para él, solo para satisfacer su propio deseo. Sin embargo, las palabras de Woo Yi-Jun resonaron en su mente: "Si lo hago de nuevo, mi mundo jamás se acabará".
¿Qué significaba eso? ¿Acaso había algo más detrás de la apariencia de Woo Yi-Jun? Han Segae se vio envuelto en un mar de incertidumbre y deseo, sin imaginar que estaba a punto de descubrir secretos que cambiarían su vida para siempre.