El Sol estaba a punto de desaparecer en el horizonte cuando los ojos de Daniel se encontraron con los de Kevin. Entre ellos siempre había existido una atracción prohibida, un deseo ardiente que ninguno de los dos se atrevía a admitir. Daniel, un Omega tímido y reservado, guardaba un secreto oscuro que lo atormentaba: su corazón latía desbocado por Kevin, un Alfa celoso y posesivo que ocultaba sus verdaderos sentimientos tras una fachada fría y distante.
En medio de la penumbra de la habitación, Daniel rompió finalmente el silencio que los envolvía. "Kevin, tenemos que hablar", susurró con voz temblorosa. Kevin lo miró fijamente, sus ojos azules destellando peligrosamente. "¿De qué se trata, Daniel?", preguntó con brusquedad, aunque en su mirada se podía entrever un destello de anhelo.
El Omega tomó aire y se armó de valor. "El secreto que guardo... es que te amo, Kevin. Te amo más de lo que puedo soportar". Las palabras resonaron en la habitación, creando una atmósfera cargada de tensión y deseo. Kevin se acercó lentamente a Daniel, su presencia imponente dominando el espacio entre ellos. Y en un instante inesperado, sus labios se unieron en un beso apasionado, sellando un pacto de amor y celos que cambiaría sus destinos para siempre.