El villano, Desian, miraba fijamente a Citrina con una intensidad que la hacía estremecer. Sus ojos oscuros brillaban con una mezcla de determinación y algo más profundo, algo que ella no podía descifrar. Cada gesto suyo, cada palabra susurrada, la sumergía en un abismo de confusión y deseo.
Citrina, a pesar de sus mejores esfuerzos por mantenerse firme, sentía que su determinación vacilaba frente a Desian. Su corazón latía con fuerza mientras él se acercaba lentamente, como un depredador acechando a su presa. Y en medio de esa tensión palpable, Desian pronunció palabras que hicieron temblar su mundo entero.
"Úsame como quieras", susurró Desian, su voz resonando en los oídos de Citrina como una melodía peligrosamente seductora. "No uses a nadie más que a mí".
La mirada penetrante de Desian la atrapaba, como si pudiera leer sus pensamientos más oscuros y secretos. Y en ese momento, Citrina se dio cuenta de que, detrás de la máscara amable y encantadora, se escondía un villano mucho más peligroso y seductor de lo que jamás había imaginado.
El corazón de Citrina se debatía entre el miedo y la atracción, sin embargo, sabía que en ese juego de seducción y peligro, solo uno de ellos saldría victorioso. ¿Podría resistirse a los encantos oscuros de Desian o sucumbiría a la tentación de un amor prohibido y peligroso?