El despertar en la sexta ronda fue completamente distinto. En lugar de encontrarme atrapada en el modo automático, me vi transformada en una niña pequeña, libre para actuar a mi voluntad. ¿Cómo era posible este cambio tan drástico? ¿Qué fuerza misteriosa estaba detrás de esta nueva oportunidad?
Con mi nueva forma y capacidad de decisión, decidí explorar este mundo otome de una manera diferente. En lugar de caer en la ruta de destrucción, comencé a cuestionar mis motivaciones y acciones pasadas. ¿Por qué me había convertido en la villana de la historia una y otra vez? ¿Habría alguna forma de redimirme y cambiar mi destino?
Con determinación, comencé a tejer una nueva trama, una en la que Mariabell Tempest no sería recordada como la malvada villana, sino como una heroína que lucha por la redención y el amor verdadero. Cada paso que daba era un desafío, cada decisión una oportunidad para cambiar mi destino. En esta sexta ronda, el juego otome se había transformado en algo mucho más grande y emocionante de lo que jamás hubiera imaginado. Y estaba dispuesta a enfrentar todos los desafíos que vinieran con valentía y determinación.