En una fría noche de invierno, Lee Shin-hee caminaba hacia su casa después de otro agotador turno en el bar. Su mente estaba preocupada por las facturas del hospital de su hermano pequeño, a quien tanto amaba y protegía. De repente, decidió tomar un atajo por una callejuela poco iluminada donde se encontraba una misteriosa tienda.
Sin pensarlo dos veces, entró y vio en una vitrina una brillante y extraña bola que parecía llamar su atención. Sin embargo, al tomarla en sus manos, la bola se deslizó y cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos. En ese preciso instante, una luz cegadora lo rodeó y un duende apareció frente a él.
Oh-hwi, el duende, le reveló a Shin-hee que la bola era un objeto mágico de gran poder y que él, sin saberlo, acababa de liberar una energía ancestral que estaba destinada a unir sus destinos de manera inesperada. Con una sonrisa enigmática, Oh-hwi se acercó a Shin-hee y pronunció unas palabras que hicieron que su corazón latiera con fuerza: "Eres mi amante, elegido por el destino..."
Desde ese momento, Shin-hee se vio envuelto en un torbellino de emociones, luchando entre la realidad y lo sobrenatural, donde cada paso lo acercaba más a desentrañar los secretos de su propio pasado y el verdadero significado de la energía positiva que los unía.