Título: Demasiado lento, senpai.
Un día soleado en la escuela, María finalmente reunió el coraje para confesar sus sentimientos a Pedro, su amor platónico desde hace años. Con el corazón latiéndole con fuerza, se acercó a él y murmuró: "-Senpai, ¿por qué no te das cuenta de lo que siento por ti?". Pedro la miró con una sonrisa triste y respondió: "-No estoy muy lejos de tener casi el doble de tu edad, ¿sabes?". María se desconcertó, pero con determinación exclamó: "-¡¿Y eso qué?!". Pedro la miró con dulzura y dijo: "-No te veo más que como una hermanita". Los ojos de María se llenaron de lágrimas, mientras Pedro continuaba: "-Lo siento, pero es la verdad". En ese momento, María sintió que su mundo se desmoronaba, pero una chispa de determinación nació en su interior. Esta no sería la última vez que intentaría conquistar el corazón de Pedro.