En una noche oscura y tormentosa, Lucas se encontraba de pie en la puerta de la mansión familiar, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Su hermano mayor, Mateo, le había confesado su amor prohibido esa tarde, un amor que había estado ardiendo en secreto durante años. Lucas estaba confundido, abrumado por la tormenta de emociones que lo invadía. ¿Cómo podía ser posible que él también sintiera lo mismo por su propio hermano?
Mientras las lágrimas se mezclaban con la lluvia en su rostro, Lucas recordaba los momentos compartidos, las risas y las lágrimas, las peleas y las reconciliaciones. ¿Cómo podía enfrentarse a esto? ¿Cómo podía amar a alguien que la sociedad condenaba?
Pero el destino ya había echado sus cartas, y ahora Lucas debía decidir qué camino tomar. ¿Seguiría su corazón y lucharía por este amor prohibido, o cedería ante la presión de lo correcto y lo moral? Mientras truenos retumbaban en el cielo, Lucas sabía que su elección definiría no solo su propio destino, sino también el de su hermano.