El sol caía lentamente sobre la ciudad, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados mientras Shen Fan caminaba con determinación hacia su destino. Su corazón latía con fuerza, mezcla de emoción y miedo, mientras se acercaba a la casa de la misteriosa mujer que la había obsesionado durante años.
Jadeando, finalmente llegó frente a la imponente mansión y golpeó la puerta con determinación. La puerta se abrió lentamente y allí estaba ella, su objeto de deseo, mirándola con una sonrisa enigmática.
"¿Qué haces aquí, Shen Fan?", preguntó la mujer con voz suave pero llena de autoridad.
Shen Fan tragó saliva, luchando por mantener la compostura. "Necesito saber más de ti, necesito comprenderte", murmuró con desesperación.
La mujer la observó con interés, como si estudiara a un insecto fascinante. "Eres una chica muy interesante, supongo que podría jugar un poco contigo", respondió, con una chispa maliciosa en sus ojos.
Sin saber en qué se estaba metiendo, Shen Fan dio un paso adelante, adentrándose en un juego peligroso de seducción y secretos, sin darse cuenta de que su amor podría llevarla por un camino oscuro y mortal.