Cuando Takenori se despertó aquella mañana, no podía creer lo que veían sus ojos. Las heroínas de su juego favorito, "Eternal Innocence", estaban ahí, frente a él, en su habitación. Todas y cada una de ellas tenían vida, se movían, hablaban y actuaban como si hubieran estado siempre junto a él. La alegría inicial de Takenori pronto se convirtió en confusión, y luego en pánico. ¿Cómo era posible que estas chicas, que solo existían en un mundo virtual, ahora fueran reales y estuvieran en su mundo? Mientras intentaba asimilar la situación, se dio cuenta de que cada una de las heroínas parecía tener un propósito distinto, un deseo propio que las impulsaba. Y entonces, se dio cuenta de que él, Takenori, era ahora el protagonista de una historia que él mismo había creado. ¿Podría manejar este nuevo mundo lleno de sorpresas, emociones y desafíos inesperados? ¡Solo el tiempo lo diría!