Bajo la imponente luz de la luna de sangre, Dadaa regresó victorioso de su cacería, cargando con orgullo el fruto de su valentía. Sin embargo, al llegar a su morada, encontró a su esposa en medio de los estertores del parto, envuelta en un aura de oscuridad y presagios sombríos. El viento gélido susurraba profecías de desgracia, mientras las sombras danzaban en un macabro ritual de incertidumbre. Dadaa, el más intrépido cazador de la tribu, sabía que aquel nacimiento no sería como los demás, que algo oscuro y desconocido se cernía sobre su familia. Entre rezos a los dioses y súplicas a los ancestros, se aferró a la esperanza de desafiar al destino, dispuesto a enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en el camino de su descendencia. La batalla entre la vida y la muerte, entre la luz y la sombra, estaba a punto de desatarse en una encrucijada donde el coraje y la determinación se convertirían en sus únicas armas. Sería un nuevo amanecer, teñido de misterio y sacrificio, donde los lazos del amor y la lealtad serían puestos a prueba en una lucha ancestral entre lo humano y lo divino.