Guardián del Cristal
Elías y Luna se encontraban en lo profundo de la selva, siguiendo las pistas que los llevarían al siguiente fragmento del cristal de Viracocha. Mientras se abrían paso entre la vegetación, una horda de guerreros sombríos emergió de las sombras, listos para impedirles el paso.
Con gracia y habilidad, Elías desató una ráfaga de energía elemental, haciendo que los guerreros retrocedieran momentáneamente. Luna, con su destreza en artes marciales, se enfrentó a ellos con valentía, protegiendo el camino hacia el fragmento.
Pero lo que no esperaban era que uno de los guerreros sombríos se revelara como un traidor, revelando que también buscaba reunir los fragmentos para sí mismo y obtener un poder inmenso. Elías y Luna se vieron atrapados en una encrucijada, sin saber en quién confiar.
Mientras luchaban contra los guerreros y su propia desconfianza, una revelación impactante surgió: el cristal no solo poseía el poder de crear, sino también de destruir. En ese momento, Elías y Luna entendieron que debían encontrar los fragmentos restantes no solo para evitar que cayeran en manos equivocadas, sino también para proteger el equilibrio del mundo.
Con el destino en juego y enemigos acechando en cada esquina, su viaje se volvía más peligroso y lleno de intriga. ¿Lograrían Elías y Luna reunir los fragmentos a tiempo y convertirse en los guardianes del orbe elemental, o sucumbirían ante las fuerzas oscuras que anhelaban el poder del cristal?