En una tranquila tarde de verano, Yutaka se encontraba sentado en el jardín de su casa, hojeando las cartas de su hermano mayor, Minoru. Desde que Minoru se fue, las cartas habían sido su único vínculo con él. Sin embargo, esa tarde, una carta diferente llegó. En lugar de las habituales palabras escritas con cuidado, encontró una foto de Minoru. Sorprendido, levantó la vista y vio a Minoru de pie frente a él.
Minoru había vuelto a casa después de tanto tiempo, con una mirada misteriosa en sus ojos. Yutaka se dio cuenta de que su corazón latía con fuerza, y los recuerdos de su infancia juntos comenzaron a inundar su mente. Mientras la brisa del verano mecía las hojas de los árboles, una tensión palpable llenaba el aire entre los hermanos.
Con cada palabra que intercambiaban, Yutaka comprendía que sus sentimientos hacia Minoru iban más allá de la simple fraternidad. Había algo más profundo, más intenso, latiendo en su pecho. Y en esa noche de verano, bajo la luz de las estrellas, los lazos que unían a los hermanos se iban entrelazando en un torbellino de emociones prohibidas.
¿Qué secretos se escondían en el regreso de Minoru? ¿Podría Yutaka enfrentar la verdad de sus propios deseos? Mientras el pasado y el presente se mezclaban en un delicado equilibrio, los hermanos se adentraban en un territorio desconocido, donde el amor y la pasión amenazaban con romper todas las barreras establecidas.