Las sombras de la noche envolvían la ciudad cuando Raúl se detuvo en frente de la mansión abandonada. Por años, ese lugar había estado marcado por rumores de sucesos misteriosos, intrigando a todos los habitantes del pueblo. Raúl, un joven curioso y valiente, decidió adentrarse en lo desconocido.
Mientras exploraba los pasillos polvorientos, una luz tenue proveniente de una habitación lo atrajo. Al abrir la puerta, se encontró con un cuadro antiguo de dos hombres abrazados, con una mirada tan llena de amor que parecía traspasar el lienzo. Intrigado, Raúl se acercó y notó una inscripción en la parte inferior: "Henai, el amor eterno".
En ese momento, una brisa fría recorrió la habitación y las velas se encendieron misteriosamente. Sin previo aviso, los personajes del cuadro cobraron vida, mirando a Raúl con ojos suplicantes. Entre destellos y sombras, una historia de amor prohibido y traición se reveló, dejando al joven sin aliento.
A medida que la trama se desarrollaba, Raúl se vio envuelto en un torbellino de emociones, cuestionando su propia percepción del amor y la lealtad. ¿Acaso la maldición de Henai se extendería a él también, o sería capaz de romper el ciclo y encontrar la verdadera redención?