En el día de su cumpleaños número doce, Tong se aventuró por las calles oscuras de la ciudad en busca de su ídolo, el misterioso Oldman. Con una determinación feroz en sus ojos, el joven estudiante de primaria ignoró las advertencias de su padre, el policía local, y se adentró en territorio desconocido.
Mientras la lluvia caía implacablemente sobre su cabeza, Tong finalmente divisó una figura encapuchada al final de un callejón. Con el corazón latiéndole fuertemente en el pecho, se acercó lentamente, sintiendo una mezcla de emoción y miedo recorrer su cuerpo.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, la figura se volvió hacia él, revelando los ojos brillantes y la máscara arrugada de Oldman. Sin decir una palabra, el enmascarado extendió la mano hacia Tong, en un gesto silencioso pero lleno de significado.
En ese momento, Tong comprendió que su destino y el de Oldman estaban entrelazados de una manera que nunca había imaginado. La verdad detrás de la máscara, los secretos oscuros que la ciudad guardaba celosamente y el poder de la redención se revelarían en una noche llena de peligro y revelaciones inesperadas.