El padre de Ichitaro había fallecido antes de que él naciera, dejando a su madre sola para criar a su hijo. Esta situación había convertido a su madre en una mujer fuerte y compleja. Un día, la llegada de Moeko Asai, un nuevo estudiante de transferencia, cambió por completo la vida de Ichitaro. A primera vista, Moeko parecía una persona normal, pero pronto Ichitaro descubrió que ella era viuda y tenía un niño de 4 años.
La revelación impactó a Ichitaro, quien se vio envuelto en una compleja red de emociones. A pesar de la sorpresa inicial, Ichitaro se sintió atraído por Moeko y su hijo. A medida que pasaba el tiempo, Ichitaro descubrió que Moeko llevaba consigo un pasado lleno de secretos y tragedias, lo que despertó su curiosidad y empatía.
Entre ellos dos comenzó a florecer una relación especial, llena de altibajos y desafíos. La presencia del hijo de Moeko añadió una capa adicional de complejidad a su romance incipiente. Ichitaro se vio enfrentado a sus propios miedos e inseguridades, pero al mismo tiempo, encontró en Moeko y su hijo una nueva familia.
El destino les tenía preparadas muchas sorpresas y retos inesperados, pero juntos aprenderían a superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.