Bajo el resplandor del sol poniente, Gu Gu Ha se erguía en lo alto de la colina, con una mirada desafiante hacia el horizonte. Había renacido en un mundo desconocido como el salvador del Santo Reino, Abroria, pero su misión iba más allá de salvar a las personas. Él quería convertir este mundo en su propio harén, un lugar donde todas las miradas estuvieran puestas en él.
Sin embargo, en su ambición desmedida, se encontró con un obstáculo inesperado: el rey Yeongmyeong. Este rey, con su mirada fría y su poder indomable, se interponía en su camino, desafiándolo en cada paso que daba. ¿Podrían las posesiones divinas de Gu Gu Ha ser suficientes para someter a Yeongmyeong y a todo el reino?
Mientras las sombras de la noche envolvían el reino, Gu Gu Ha se dio cuenta de que la lucha que enfrentaba iba más allá de la conquista de un trono. Había algo en Yeongmyeong que despertaba un sentimiento desconocido en su interior, un sentimiento que desafiaba su determinación y lo obligaba a cuestionar sus propios deseos.
En medio de la oscuridad y la incertidumbre, una verdad se revelaba lentamente: para convertirse en el verdadero elegido, Gu Gu Ha tendría que enfrentar no solo a sus enemigos externos, sino también a sus propios demonios internos. ¿Podría encontrar la redención en un mundo donde la ambición y el poder lo consumían todo?