Desde que Ryu era pequeño, siempre había escuchado historias sobre la casa embrujada en las afueras del pueblo. Intrigado por la misteriosa leyenda, decidió una tarde de verano aventurarse en ella. Al adentrarse en los pasillos oscuros y polvorientos, podía sentir la presencia de algo invisible, algo que parecía observarlo desde las sombras.
De repente, entre susurros inquietantes, una voz susurró en su oído las cuatro palabras que lo atormentarían por siempre: "¿Qué me has traído?". El corazón de Ryu latía con fuerza, el miedo lo invadía, pero su curiosidad y valentía lo llevaron a responder con voz temblorosa: "Solo mi deseo de descubrir la verdad".
En ese instante, una luz tenue iluminó la habitación, revelando la figura borrosa de una niña pequeña con ojos brillantes y una sonrisa misteriosa en los labios. La niña extendió su mano hacia Ryu, invitándolo a un viaje a través del tiempo y el espacio, donde secretos antiguos y destinos entrelazados los esperaban.
Entre susurros del pasado, lágrimas de arrepentimiento y risas de locura, Ryu se vio envuelto en un torbellino de emociones y revelaciones que desatarían fuerzas oscuras más allá de su imaginación. Enfrentándose a su propia verdad y a las sombras de su pasado, Ryu se dio cuenta de que la casa embrujada guardaba no solo secretos de otros, sino también los suyos propios. Un camino de redención y resignación se extendía ante él, mientras el misterio de la niña y sus palabras lo guiaban hacia un destino incierto pero inevitable.