Bajo el cielo estrellado de una noche fría, Miaka se encontraba caminando sola por la nevada ciudad. De repente, escuchó un débil murmullo proveniente de un callejón oscuro. Al acercarse, descubrió a un joven tendido en el suelo, apenas consciente, congelándose lentamente.
Sin dudarlo, Miaka se apresuró a ayudarlo, envolviéndolo en su abrigo y llevándolo a un lugar seguro. A la mañana siguiente, cuando despertó, el joven se sorprendió al encontrar una nota junto a él, escrita por su salvadora. Decidido a agradecerle, se presentó en la escuela de Miaka, pero lo que no esperaba era descubrir que ella era mucho más que una simple estudiante.
Entre encuentros accidentados y malentendidos cómicos, Miaka y el joven universitario se verán envueltos en una serie de situaciones embarazosas y divertidas. A medida que se conozcan mejor, ambos descubrirán que la vida puede ser impredecible, pero que el destino tiene sus propias formas de unir a las personas, incluso en medio de la nieve y el frío invierno.