Lian y Lucas eran dos personas destinadas a estar juntos, desde que eran niños. Sin embargo, a pesar de estar profundamente enamorados el uno del otro, su orgullo y terquedad les impedían ser honestos sobre sus sentimientos. En su lugar, se enfrascaban en un juego peligroso llamado "Te quiero", donde el objetivo era humillar al otro para ganar.
Un día, durante una fiesta en la escuela, Lian decidió llevar las cosas al siguiente nivel. Con la determinación brillando en sus ojos, preparó una serie de pruebas elaboradas para Lucas, desafiando su valentía y lealtad. A medida que el juego avanzaba, ambos se dieron cuenta de la profundidad de sus sentimientos y del daño que se estaban causando mutuamente.
Con el corazón latiéndoles con fuerza, se enfrentaron el uno al otro en el juego final. Pero lo que comenzó como una competencia para avergonzarse mutuamente se convirtió en una batalla por la verdad y la vulnerabilidad. En medio de risas, lágrimas y confesiones inesperadas, Lian y Lucas finalmente entendieron que el amor era mucho más que un simple juego, y que juntos podrían encontrar la fuerza para superar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.