Título: Ikurou-san (43-sai) wa Amaetai.
En medio de la lluvia torrencial, el gerente de la cafetería observaba con cautela al hombre parado afuera. Su aspecto rudo y serio le recordaba a un asesino sin piedad. Decidido a investigar, se acercó lentamente, preparado para lo peor. Sin embargo, lo que descubrió lo dejó boquiabierto.
El supuesto asesino, llamado Ikurou-san, resultó ser un hombre gentil y amable, con una sonrisa cálida que derretía hasta el corazón más frío. A medida que conversaban, el gerente se dio cuenta de que detrás de esa apariencia intimidante se escondía un alma atormentada por un pasado oscuro y doloroso.
Entre tazas de café humeante, Ikurou-san compartió su historia, revelando sus miedos, sus arrepentimientos y sus anhelos más profundos. El gerente, conmovido por su vulnerabilidad, decidió ayudarlo a sanar las heridas del pasado y encontrar la paz que tanto anhelaba.
Así comenzó una inesperada amistad entre dos almas solitarias, cada una encontrando en la otra el apoyo y la comprensión que tanto necesitaban. Juntos, se embarcaron en un viaje de autodescubrimiento y redención, enfrentando juntos los demonios internos que amenazaban con consumirlos.
Ikurou-san demostró que las apariencias pueden engañar, y que incluso el corazón más endurecido puede encontrar la luz en medio de la oscuridad. Su historia, marcada por giros inesperados y emociones a flor de piel, demostró que el verdadero valor reside en la capacidad de amar y perdonar, incluso en los momentos más difíciles.