Bajo la luz de la luna, Momoko Noda observaba su reflejo en el espejo con una mezcla de tristeza y determinación. Sentirse fea era una cosa, pero ver su reflejo en el espejo y notar todos los kilos de más era otra completamente distinta. Decidió tomar las riendas de su vida y cambiar su apariencia para conquistar al chico que le gustaba.
Decidió pedir la ayuda de su primo, quien estaba en la misma situación que ella. Juntos se embarcaron en un viaje de autodescubrimiento, desafiando sus propios miedos y limitaciones. Sin embargo, conforme avanzaban en su transformación física, también descubrían aspectos de sí mismos que desconocían.
Momoko se dio cuenta de que la belleza no radica únicamente en la apariencia externa, sino en la seguridad y la aceptación de uno mismo. En medio de giros inesperados y revelaciones impactantes, ambos primos se encontraron a sí mismos y aprendieron que la verdadera belleza viene de adentro.
Al final de su viaje, Momoko y su primo comprendieron que la aceptación y el amor propio eran las claves para encontrar la felicidad y la confianza en sí mismos. Juntos, se dieron cuenta de que no necesitaban cambiar para ser amados, porque la verdadera belleza reside en la autenticidad y en la aceptación de uno mismo.