El sol se ponía en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados mientras Rin y Nozomu caminaban juntos por el parque. Ambos jóvenes compartían una amistad tan profunda que parecía traspasar barreras invisibles. Sin embargo, algo en el aire había cambiado esa tarde.
Rin, con su cabello negro azabache y mirada profunda, miraba fijamente a Nozomu, como si por primera vez lo viera realmente. Nozomu, por su parte, con sus ojos avellana y sonrisa encantadora, sentía un nudo en la garganta que no podía explicar.
Fue entonces cuando, entre risas nerviosas y miradas cómplices, Rin rompió el silencio. "Nozomu, siempre pensé que necesitábamos a una chica para... ya sabes, hacerlo. Pero... ¿y si no es así?". Nozomu, sorprendido por la declaración de Rin, titubeó antes de responder.
Esa simple pregunta desencadenó una serie de eventos inesperados que pondrían a prueba su amistad y despertarían sentimientos que ambos jóvenes creían enterrados. ¿Qué pasaría cuando dos amigos de toda la vida decidieran explorar un territorio desconocido juntos? La respuesta a esa pregunta marcó el comienzo de una travesía llena de emociones encontradas y descubrimientos inesperados.