Bajo el resplandor plateado de la luna llena, los gemelos Oliver y Sofia esperaban ansiosos el momento en que el dios lobo los elegiría. Desde pequeños, habían sido marcados por la maldición de la bestia, condenados a un destino de tragedia y sufrimiento. Mientras Oliver abrazaba su lado más oscuro, Sofia luchaba por mantener su humanidad intacta.
En la noche en que la luna brillaba con más intensidad, el dios lobo finalmente descendió, su mirada fiera recorriendo a los gemelos con una mezcla de curiosidad y malicia. Con un movimiento elegante, se acercó a ellos, evaluando sus almas con una atención penetrante.
El suspense llenaba el aire cuando, en un giro inesperado, el dios lobo extendió una garra hacia Sofia, cuyo corazón latía con fuerza en su pecho. Oliver, consumido por la envidia, vio cómo su hermana gemela era elegida, condenándolo a un destino de soledad y oscuridad.
Mientras el dios lobo desaparecía en la noche, llevando consigo a Sofia, Oliver se hundió en la desesperación. La elección divina había sido hecha, desencadenando una serie de eventos que pondrían a prueba los lazos de sangre y la lealtad entre los gemelos predestinados. La lucha entre la luz y la oscuridad había comenzado, y solo uno de los gemelos encontraría redención.