En una noche estrellada, Atsushi y Yuki se encontraban en el templo familiar, compartiendo secretos bajo la luz de la luna. De repente, Atsushi confesó a Yuki su peculiar habilidad de poder ordenar que suceda cualquier cosa que desee. Sorprendida, Yuki no podía creer lo que acababa de escuchar, pero una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro.
Los días pasaron y Atsushi empezó a utilizar su don de maneras inesperadas, causando situaciones cómicas y a la vez románticas entre él y Yuki. Sin embargo, algo en su interior le decía que debía ser cauteloso, que el poder que poseía podía traer consecuencias inimaginables.
Una noche, mientras observaban juntos las estrellas, Atsushi sintió una extraña presencia a su alrededor. De repente, una figura misteriosa emergió de las sombras, revelándose como un espíritu ancestral que había estado observando sus acciones. "Has desafiado las leyes de los dioses", susurró la figura con una voz ominosa.
Atsushi y Yuki se miraron, con el corazón latiéndoles con fuerza. ¿Qué consecuencias traería el uso desmedido de ese poder para ellos? ¿Podrían enfrentar juntos las pruebas que les esperaban? El destino de estos dos jóvenes estaba en juego, entre el amor, la magia y la responsabilidad de un legado ancestral.