Con camino a trabajar, Shimizu, un ingeniero de sistemas, se sintió débil y se desplomó en la estación de tren por agotamiento. La multitud pasaba indiferente, excepto Suzuki, su compañero de colegio, quien fue en su ayuda. Pero cuando Shimizu despertó por segunda vez, se dio cuenta de que estaba encerrado en un lugar desconocido y Suzuki lo había desnudado, revelando un lado oscuro y perturbador. "Al parecer, te excitas más cuando te torturan", murmuró Suzuki con una sonrisa sádica. Entre esas cuatro paredes, Shimizu se vio atrapado en una espiral de dolor y lujuria, su cuerpo y mente corrompiéndose poco a poco. La vergüenza se mezclaba con el placer en una danza peligrosa que amenazaba con consumirlo por completo. ¿Cómo escaparía de ese infierno que una vez llamó realidad?