El sol se ponía lentamente sobre el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rojizos mientras Mikogami Misao contemplaba la figura de Ishigami Kamuro a lo lejos. La Doncella de Agua sabía que el destino de la humanidad descansaba sobre sus hombros, y que solo juntos podrían detener la liberación de las legendarias 88 Bestias.
En silencio, Misao recordaba las palabras de su ancestro, el Guerrero de la Tierra, quien le había encomendado la misión de proteger la prisión dimensional a toda costa. Pero algo en el brillo decidido de los ojos de Kamuro la hizo dudar. ¿Estaría él dispuesto a sacrificar todo por el bien común, o sucumbiría a la tentación de liberar a las Bestias para obtener un poder inimaginable?
Las sombras se alargaban a su alrededor, anunciando la llegada de la noche y con ella, el momento crucial de tomar una decisión. Misao se aferró a su determinación, dispuesta a luchar hasta el final, aun si eso significaba enfrentarse a su compañero de batalla en una batalla que podría desencadenar la tragedia sobre el mundo una vez más.
Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, Misao se giró hacia Kamuro, preparada para enfrentar su destino y sellar el destino de la humanidad con sus propias manos. La Doncella de Agua y el Guerrero de la Tierra estaban destinados a encontrarse en una encrucijada entre la salvación y la perdición, donde cada decisión podría llevarlos hacia la luz o hacia las sombras eternas.