Bajo el inesperado resplandor de la luna, Yuri y Chihiro se adentraron aún más en el desconocido bosque. Cada paso que daban parecía sumergirlos más y más en la oscuridad de aquel lugar misterioso. De repente, un extraño zumbido comenzó a resonar en el aire, retumbando en sus oídos como un eco inquietante.
Yuri sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, su corazón latía con fuerza en su pecho. Chihiro parecía saber más de lo que decía, sus ojos ocultaban secretos profundos. ¿Qué clase de lugar era aquel y por qué los habían llevado ahí? Las sombras parecían cobrar vida a su alrededor, susurros lejanos se filtraban entre los árboles.
De repente, una figura oscura emergió de la penumbra, con ojos brillantes que reflejaban la luz de la luna. Yuri contuvo el aliento, su mente llenándose de preguntas y temores. ¿Eran acaso prisioneros de algún ser desconocido? ¿O tal vez eran piezas en un juego macabro?
La verdad, más retorcida y perturbadora de lo que jamás hubieran imaginado, comenzaba a revelarse lentamente ante sus ojos asombrados. Sus destinos estaban entrelazados en un baile siniestro de misterio y peligro, donde cada paso en falso podía llevarlos al abismo de lo desconocido.