El día había llegado. Takashi finalmente iba a confesarle sus sentimientos a Kobayashi. Con un ramo de flores en la mano y el corazón latiéndole con fuerza, se acercó a ella en la oficina desierta. Sin embargo, justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe revelando a un hombre apuesto y seguro de sí mismo: era Hideo, el exnovio de Kobayashi.
Kobayashi se puso nerviosa al verlo y Takashi sintió un nudo en la garganta. Hideo se acercó a Kobayashi con una sonrisa arrogante y le susurró algo al oído que hizo que ella palideciera. Takashi, desde la distancia, no podía escuchar lo que decía, pero vio cómo Kobayashi bajaba la mirada con tristeza.
En un arranque de valentía, Takashi se interpuso entre ellos, desafiando a Hideo con la mirada. "¿Qué crees que estás haciendo?", le espetó. Hideo, sorprendido por la audacia de Takashi, rio con superioridad. "Tú no tienes oportunidad con ella, idiota. Kobayashi siempre será mía", dijo mientras se alejaba con una risa burlona.
Kobayashi levantó la mirada y se encontró con la determinación en los ojos de Takashi. "¿Estás bien?", preguntó él con preocupación. Ella asintió lentamente y una chispa de determinación encendió su mirada. "Gracias, Takashi. Es hora de que te cuente la verdad", dijo ella, tomando su mano con firmeza. Era el comienzo de un giro inesperado en sus vidas.