Cuando Kotaro descubrió la valentía y determinación de Toraji al atrapar al ladrón en su floristería, algo cambió en su interior. Poco a poco, el ideal de "Hermano mayor" que siempre había anhelado comenzó a tomar forma frente a sus ojos, en la figura de ese hombre rudo y protector. Sin embargo, lo que Kotaro no sabía era que Toraji guardaba un oscuro secreto que lo ataba irremediablemente al mundo de la yakuza, un secreto que pondría en peligro no solo sus vidas, sino también los sentimientos que comenzaban a florecer entre ellos. Con cada mirada furtiva, cada sonrisa cómplice, ambos se adentraban en un laberinto de pasiones prohibidas y lealtades divididas, donde el amor y el honor se enfrentarían en una batalla épica por el corazón de dos almas destinadas a encontrarse en medio de la oscuridad.