Con cada paso que daba, Kusahara podía sentir cómo sus esfuerzos por destacar y ser la mejor se desvanecían ante la presencia imponente de Komatsubara. Él, con su actitud de héroe oscuro, eclipsaba todo a su alrededor, incluyendo el brillo de sus propios logros. Para Kusahara, era como si su mundo perfectamente orquestado se desmoronara ante sus ojos.
Pero lo que realmente desconcertaba a Kusahara no era la arrogancia de Komatsubara, sino su actitud protectora hacia ella. ¿Cómo podía alguien que despertaba en ella un odio tan profundo ser también la única persona dispuesta a velar por su seguridad? Los sentimientos encontrados de Kusahara la sumergieron en un torbellino de confusión y curiosidad.
Mientras luchaba por comprender las motivaciones ocultas detrás de las acciones de Komatsubara, Kusahara se dio cuenta de que tal vez, detrás de la fachada de héroe de las tinieblas, se escondía un corazón dispuesto a sacrificarlo todo por ella. Y en medio de ese dilema emocional, algo dentro de Kusahara comenzó a cambiar, abriendo paso a un nuevo capítulo en su vida escolar lleno de giros inesperados y revelaciones impactantes.