Bajo la luz tenue de la peluquería, Yuji observaba su reflejo en el espejo con una mezcla de incomodidad y anhelo. Su hermana, con manos expertas, peinaba su cabello con cuidado, mientras sus ojos se encontraban en el espejo con los de él. "¿Qué es lo que realmente deseas, Yuji?", preguntó ella con suavidad. Una pregunta que resonaba en lo más profundo de su ser, desatando una tormenta de emociones que había intentado ocultar durante tanto tiempo. A medida que los mechones caían al suelo, las murallas que él mismo había construido comenzaban a derrumbarse. La confusión, el miedo y la aceptación luchaban dentro de él, mientras el peso de la verdad se apoderaba de su corazón.
En ese preciso instante, la puerta de la peluquería se abrió de golpe, revelando a alguien inesperado: su compañero de clase, Akira, quien lo miraba con una expresión de sorpresa y comprensión. Yuji sintió que su mundo se tambaleaba ante la posibilidad de ser descubierto, pero la mirada cálida de Akira le transmitía una sensación de paz que nunca antes había experimentado.
Entre tijeras y secretos a medio revelar, Yuji se encontraba en una encrucijada que definiría su futuro. ¿Se atrevería a ser fiel a sí mismo, a pesar de las consecuencias? ¿O seguiría viviendo una mentira para complacer a los demás? El amor, el dolor y la autenticidad se entrelazaban en una danza delicada, desafiando a Yuji a abrazar su verdadera identidad y a aceptar que, tal vez, en ese amor no había un futuro predestinado.