Bajo el manto sombrío de la noche, Ritsu yacía inmóvil en una celda húmeda, su cuerpo marcado por la crueldad de su destino. Había sido traicionado por su propia sangre, vendido como mercancía a un burdel oscuro donde sus días de libertad quedaron sepultados en un abismo de angustia y desesperación.
El omega, antes destinado a ser un alfa poderoso, se aferraba a un hilo de esperanza en medio de la oscuridad. Sus pensamientos tumultuosos se perdían en laberintos de recuerdos dolorosos, cuestionando su valía y su lugar en un mundo que lo había rechazado sin piedad.
Pero en la penumbra de la noche, una figura se alzaba, desafiando la opresión y la resignación. Con ojos ardientes de determinación, Ritsu juró no sucumbir ante la adversidad, encontrar la fuerza dentro de sí mismo para reclamar su libertad robada y enfrentar a aquellos que intentaron destruirlo.
El destino puede ser implacable, pero en el corazón de la tormenta, nacen chispas de rebelión. Ritsu estaba decidido a escribir su propio destino, desatando una tormenta de cambio que barrería con las cadenas que lo ataban y lo llevaría por un camino de redención y venganza.