Jean se encontraba en lo más profundo de la selva de Crowell, rodeada por una densa niebla que dificultaba su visión. Sus sentidos agudizados como nunca antes, podía percibir cada sonido y movimiento a su alrededor. De repente, un rugido ensordecedor resonó en el aire, haciendo que su corazón se acelerara de miedo.
Con un gesto de su mano derecha, hizo que una llama ardiente surgiera de la palma de su mano, iluminando la oscuridad que la rodeaba. Sorprendida por su propio poder, Jean se dio cuenta de que algo dentro de ella estaba despertando, algo antiguo y poderoso.
Decidida a descubrir la verdad detrás de sus habilidades recién adquiridas, Jean se adentró más en la selva, cada paso resonando como un eco en su alma inquieta. ¿Qué secretos le deparaba este salvaje continente? ¿Podría ella, la chica rubia que controla los elementos, encontrar las respuestas que tanto ansiaba?
La aventura apenas comenzaba, y Jean sabía que su destino estaba entrelazado con el misterio y la magia que yacía en lo más profundo de Crowell.