Bajo el ardiente sol de América del siglo 19, la joven Pandora lucha por encontrar su lugar en un mundo que parece rechazarla. Su piel dorada y sus rasgos asiáticos son motivo de miradas despectivas y susurros malintencionados en el pequeño pueblo donde vive con su padre, un hombre atormentado por sus propios demonios y la botella de licor que nunca abandona.
La relación entre Pandora y su padre es un torbellino de emociones a flor de piel. Las peleas son constantes, cargadas de gritos, golpes y lágrimas. Pero detrás de cada puñetazo, se esconde un profundo dolor, una angustia que ninguno de los dos sabe cómo expresar de otra manera. Pandora anhela la conexión con su padre, anhela su amor y aprobación, pero él se sumerge en la oscuridad de sus propios demonios, incapaz de ver más allá de su propio sufrimiento.
Un día, en medio de una de sus acaloradas discusiones, Pandora descubre un viejo diario en el desván de la casa. Las páginas amarillentas narran la historia de una mujer valiente que luchó contra viento y marea por sus sueños, por un futuro mejor. Y en ese momento, Pandora toma una decisión que cambiará su vida para siempre. La decisión de enfrentarse a sus miedos, de romper las cadenas del pasado y de buscar su propio camino, aunque eso signifique enfrentarse a su propio padre.