Título: La forma de amar a un extraterrestre
En la penumbra de la habitación, Coco miraba fijamente a su anfitrión con ojos brillantes y una sonrisa traviesa en los labios. Su voz resonó en la habitación silenciosa, rompiendo la tranquilidad con su petición inesperada. "¿Por qué no me muestras cómo te masturbas?", preguntó, desafiante.
El propietario, sorprendido por la audacia de la solicitud, sintió que el mundo a su alrededor se tambaleaba. Había aceptado ocupar temporalmente el cargo de presidente del club alienígena en lugar de su amigo, pero nunca esperó encontrarse en una situación tan peculiar. Coco, con sus afirmaciones extravagantes de ser un extraterrestre, había cruzado una línea invisible.
"El sexo es algo que haces con las personas que amas", continuó Coco, su mirada intensa clavada en la del anfitrión. Sus palabras resonaron en la habitación, cargadas de un significado más profundo de lo que parecían a simple vista. Había algo en la forma en que hablaba, en la intensidad de su mirada, que sugería una complejidad insondable detrás de su aparente frivolidad.
El anfitrión se vio obligado a enfrentar una encrucijada inesperada: ¿debería ceder ante las demandas descabelladas de Coco o mantenerse firme en sus convicciones? Mientras tanto, en lo más profundo de su ser, una semilla de duda germinaba lentamente, cuestionando todo lo que creía saber sobre el amor, la identidad y la intimidad.
En medio de la incertidumbre y la tensión creciente, una pregunta resonaba en la mente del anfitrión: ¿hasta dónde estaría dispuesto a llegar en nombre del amor, incluso si ese amor viniera de un ser de otro mundo?