La lengua de la serpiente brillaba con un brillo siniestro en la oscuridad de la habitación. Mateo observaba fijamente a Gabriel, el hombre que una vez amó con furia y pasión desenfrenada. Diez años habían pasado desde que se separaron en medio de un torbellino de mentiras y traición.
Los recuerdos comenzaron a inundar la mente de Mateo, recordando cada momento compartido con Gabriel, cada promesa susurrada al oído en la penumbra de la noche. Sin embargo, la duda y la desconfianza se aferraban a su corazón como espinas venenosas.
Gabriel rompió el silencio con una sonrisa helada, sus ojos verdes destellando con un brillo maligno. "Sé que me odias, Mateo. Pero también sé que aún me amas, a pesar de todo."
Un escalofrío recorrió la espalda de Mateo al darse cuenta de que Gabriel sabía demasiado. ¿Qué secretos más escondía su antiguo amante? ¿Y qué oscuros planes traía consigo aquella reunión inesperada?
La lengua de la serpiente había sido desatada una vez más, amenazando con enredar a ambos en un juego peligroso del que quizás ninguno saldría ileso.