Bajo la luz mortecina de la luna llena, Agatone se encontraba de pie frente a la enigmática esfera que le ofrecía la posibilidad de cumplir siete deseos. Sin embargo, no era tan sencillo como parecía. Para que sus anhelos se hicieran realidad, debía pensar en lo que los demás podrían desear y evitar una catástrofe inminente que amenazaba con destruir todo a su alrededor.
Agatone sabía que cada elección que hiciera tendría consecuencias devastadoras, por lo que se sumergió en un mar de pensamientos oscuros y retorcidos. ¿Qué deseos podrían anhelar sus compañeros de clase? ¿Podría realmente predecir lo que cada uno deseaba en lo más profundo de sus corazones?
Mientras la presión aumentaba y el tiempo corría en su contra, Agatone se dio cuenta de que la verdadera elección no era solo cumplir sus propios deseos, sino también ser capaz de comprender y sacrificar por el bienestar de los demás. Con el destino de todos en sus manos, Agatone se enfrentaba a una encrucijada que pondría a prueba su empatía, su valentía y, sobre todo, su capacidad de tomar la mejor elección en medio del caos sobrenatural que lo rodeaba.